En cuanto a las carnes, cuando se cocinan a fuego lento no solo se logra ablandar su textura, sino que también se aprovecha sus jugos interiores y las especias penetran con más facilidad.

Beneficios de cocinar a fuego lento

• Carne mucho más tierna

Al cocinarlas a baja temperatura, con una cantidad mínima de líquidos y por un espacio de tiempo prolongado, las carnes duras consiguen ablandarse, manteniendo su sabor original y que penetren en su interior los sabores del resto de ingredientes utilizados en la receta.

• Intensidad en los sabores

Gracias a la cocción lenta y bajas temperaturas se potencia el sabor de los alimentos. El líquido se va evaporando a medida que va cocinando los ingredientes, lo que permite que se cree un sabor concentrado en el líquido resultante.

• Alimentos más apetecibles

La apariencia de los alimentos también se ve beneficiada por la cocción lenta. Tanto las carnes como los vegetales y las verduras adquieren un aspecto mucho más apetecible, jugoso y brillante en comparación con la textura que resulta de hervir.

• Completa eliminación de las bacterias

La combinación de calor y cocción por largos periodos de tiempo consiguen deshacerse de todas las bacterias que puedan existir en los alimentos. Esto resulta beneficioso para la salud de los seres humanos al reducir los riesgos relacionados con el consumo de alimentos cocidos indebidamente y las enfermedades asociadas a microbios como la Salmonella.

• Conserva todos los nutrientes

A nivel nutricional, cocinar a fuego lento los alimentos garantiza la conservación de sus nutrientes, evitando que estos se desperdicien en el agua al ser sometidos a temperaturas superiores al punto de ebullición. Otro punto importante sería el hecho de que facilita la digestión de alimentos como las carnes duras.

• Punto justo de cocción

Las cocciones a fuego lento garantizan el no equivocarse en los tiempos de cocción, brindando además el margen de tiempo suficiente en caso de necesitarse hacer alguna corrección.